El director de la NASA, Sean O´Keefe, que ha llevado las riendas del programa espacial de Estados Unidos en la etapa del accidente del transbordador Columbia y también cuando se anunció un renovado programa de exploración de la Luna y de Marte, presentó ayer su dimisión al presidente Bush. O´Keefe, de 48 años, lleva tres años en el puesto y el pasado viernes presentó su candidatura a rector de la Universidad del Estado de Louisiana. Mañana viajará a Baton Rouge para visitar la universidad. El puesto de rector, vacante desde junio, tiene un sueldo de 376.000 euros al año.
Fuentes de la Casa Blanca han comentado que el economista O´Keefe, un hombre del vicepresidente Dick Cheney, aspiraba a un puesto en el Pentágono en la reestructuración gubernamental tras la victoria de Bush y que, al no conseguirlo, ha decidido pasar a la vida académica.
Turbulencia
Quien suceda a O´Keefe en la dirección de la NASA heredará una institución en plena turbulencia y con un perfil público notable, que todavía no se ha recuperado del accidente del Columbia el año pasado, en el que murieron los siete tripulantes, mientras trata de reestructurarse para cumplir los planes de Bush. El mandato de O´Keefe ha estado marcado por este accidente, lo que le ha impedido dedicarse a la reestructuración económica de la agencia, objetivo para el que fue nombrado. El presupuesto para 2005 de la NASA es de 12.180 millones de euros.
Si O´Keefe deja la agencia en un corto plazo no llegará a ver como director la reanudación, prevista para el próximo mes de mayo, de los vuelos del transbordador, cuya interrupción llevó a la paralización de la construcción de la costosísima Estación Espacial Internacional, un proyecto maldito que ahora depende de las naves rusas para el traslado de los astronautas y las provisiones. También está pendiente la decisión sobre la próxima misión de mantenimiento del telescopio espacial Hubble necesaria para que pueda seguir funcionando.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de diciembre de 2004