En el año 2003 se solicita una residencia para una persona de 91 años totalmente incapacitada, pues le falta una pierna. Desafortunadamente, esta persona fallece en enero del presente año antes de que dicha residencia le sea concedida.
En diciembre de este año recibimos la notificación de que la residencia ha sido concedida, por lo que le solicito que mejore su proceso de adjudicación, con objeto de que no se repita esta macabra situación de adjudicar una residencia a un anciano 10 meses después de su muerte, especialmente cuando las notificaciones del Registro Civil son prácticamente inmediatas mediante técnicas informáticas, como pueden comprobar en el pago de pensiones de la Seguridad Social.
Dado los elevados gastos en publicidad laudatoria en que incurren en los últimos tiempos, es claro que disponen de dinero para la mejora del proceso mencionado y, en mi calidad de ciudadano con sus impuestos pagados al día, me siento estafado por la mala gestión que hacen ustedes de mi dinero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de diciembre de 2004