Por otra parte, al menos ocho personas murieron y otras 32 resultaron heridas al estallar ayer una bomba cerca de una de las entradas del mausoleo de Husein, en el centro de Kerbala, la ciudad santa chií situada a 110 kilómetros al sur de Bagdad. Entre los heridos figura el jeque Abdel Mahdi al Kerbalaí, próximo al gran ayatolá Ali al Sistani, la máxima autoridad de la comunidad chií de Irak.
El atentado se produjo el mismo día en el que la Comisión Electoral iraquí anunció el fin del plazo para presentar las candidaturas a las elecciones del próximo 30 de enero, en las que los principales grupos políticos chiíes participarán con una lista única, la Alianza Unida Iraquí. Anoche nadie se había atribuido la responsabilidad del atentado. El de ayer es el último ataque de este tipo cometido cerca del santuario chií en Kerbala desde el que fue perpetrado el pasado marzo durante una fiesta del chiísmo, en el que murieron más de 70 peregrinos. Los chiíes representan el 60% de la población iraquí.
La jornada inicial de la campaña electoral estuvo sacudida por episodios de violencia en Bagdad, donde cinco policías fueron asesinados en dos ataques, y Baquba, donde murieron tres civiles iraquíes. Además, tres soldados polacos murieron ayer en un accidente de helicóptero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 16 de diciembre de 2004