Lisa Marie Presley, la única hija que tuvo Elvis Presley, ha vendido al empresario Robert F. X. Sillerman la mayor parte del imperio que heredó de su padre. El jueves pasado se cerró una operación que incluye desde derechos musicales hasta el derecho a emplear el nombre de Elvis Presley, pasando por películas, fotografías, y derechos de explotación de Graceland, la mansión de Memphis en la que falleció el Rey del Rock en 1977 y a la que cada año "peregrinan" más de 600.000 personas.
A cambio, Lisa Marie ha conseguido 100 millones de dólares por la venta de un 85% de la compañía de su padre, llamada Elvis Presley Enterprises, que en el año 2003 generó 45 millones de dólares. Graceland no está incluida en el precio. Lisa Marie Presley cede la gestión, pero ha decidido quedarse con el título de propiedad de la mansión y con la mayoría de sus objetos personales.
Entre esos objetos todavía se encuentra el carrito de golf en miniatura que Elvis le regaló a su hija por su sexto cumpleaños para que recorriera los 14 acres de jardines de Graceland, o el reactor privado del rey del rock con el nombre de su hija. Elvis Presley dejó toda su fortuna a la niña de sus ojos, que tomó las riendas del imperio de su padre, Elvis Presley Enterprises, al cumplir los 30 años, el 1 de febrero de 1998.
Robert F. X. Sillerman, que en los años noventa fue uno de los principales promotores de conciertos en Estados Unidos, considera a Elvis "el símbolo más importante de la cultura pop americana". Lisa Marie y su madre, Priscilla Presley, actuarán como asesores en la nueva compañía de gestión del legado del Rey del Rock.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de diciembre de 2004