El académico bilbaíno Andres Urrutia fue elegido ayer nuevo presidente de la Real Academia de la Lengua Vasca-Euskaltzaindia, en sustitución de Jean Haritschelhar, quien dirigía la institución desde 1989. Abogado, economista y notario de profesión, Urrutia ha destacado por su aportación al desarrollo y actualización del euskera jurídico. Entre otros trabajos, ha escrito dos libros dedicados exclusivamente a esa materia y ha participado en la elaboración de varios diccionarios especializados.
Fundador y actual director del Seminario de Euskera Jurídico de la Universidad de Deusto, el nuevo presidente de Euskaltzaindia ha coordinado también las traducciones a esa lengua de los principales textos jurídicos y legales vigentes, como el de la Constitución española, actualizada por la propia Academia en 2003. El fruto más reciente de esa labor ha sido la primera versión en euskera del Código Civil.
Urrutia compatibiliza actualmente su trabajo como notario en Bilbao con las clases que imparte, en vascuence y en castellano, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Deusto. Además, es miembro de diversas instituciones culturales, como la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza y la Sociedad Bascongada de Amigos del País. Desde 1991, suma a esas tareas su actividad en Euskaltzaindia, primero como académico correspondiente y, desde el año 1997, como miembro numerario de la institución.
La Academia vasca, que cuenta con 24 miembros numerarios, designó ayer a su nuevo presidente en una reunión extraordinaria en Bilbao, en la que eligió también al resto de su nueva junta directiva, que completan los académicos Beñat Oihartzabal, Xabier Kintana, José Luis Lizundia y Henrike Knörr.
Como primer bilbaíno que que dirige Euskaltzaindia, Urrutia se ha marcado como objetivo trabajar para que la lengua vasca se asiente también en las grandes poblaciones de Euskadi, sacándola del entorno rural en el que se ha conservado durante décadas. Otra de sus preocupaciones en el nuevo cargo será asentar económicamente a la Academia y fomentar e impulsar la investigación lingüística.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de diciembre de 2004