Los precios que pagan los consumidores de Estados Unidos subieron por cuarto mes consecutivo en noviembre en un 0,2%, después de un incremento del 0,6% en octubre, lo cual confirma la expectativa de que la Reserva Federal podría seguir ajustando su política monetaria.
El Departamento de Trabajo estadounidense informó ayer de que en los 12 meses hasta noviembre la inflación fue del 3,5%, el mayor aumento desde mayo de 2001, cuando el país entraba en recesión económica. Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, el núcleo del índice de precios al consumo (IPC), o inflación subyacente, fue en noviembre del 0,2%.
Los datos reflejan una lenta expansión de las presiones inflacionarias que, durante los dos últimos años, habían estado principalmente en el sector de los combustibles, expuestos al aumento de precios del crudo en el mercado mundial.
El martes pasado la Reserva Federal de EE UU aprobó su quinto ajuste de la política monetaria desde junio, y elevó del 2 al 2,25% la tasa de interés interbancario, indicando que todavía ve margen para mayores encarecimientos del crédito sin que ello asfixie el lento pero sostenido crecimiento económico.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de diciembre de 2004