Las figuras del belén del Aquarium del Zoo tienen unos vigilantes excepcionalmente eficaces: tiburones. Ayer, dos buceadores instalaron con mucha precaución una estrella de Navidad de 1,50 metros de altura rodeados de estos depredadores marinos a más de seis metros y medio de profundidad. Las figuras del Niño Jesús, de la Virgen María, de San José, de los Reyes Magos y de un pastorcillo adornan también el fondo del tanque componiendo una peculiar estampa: un nacimiento que parece sumergido en las profundidades abismales del océano.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de diciembre de 2004