El tenor español Plácido Domingo, que graba estos días en Londres por primera vez en su larga carrera Tristán e Isolda de Richard Wagner, defendió el futuro de la ópera al considerar que no está falta de nuevos talentos. "No creo que haya escasez de jóvenes promesas, están todas ahí", afirmó el artista, mucho más delgado, ante un grupo de periodistas internacionales. El joven tenor peruano Juan Diego Flórez es, según Domingo, un claro ejemplo de que la ópera tiene el futuro asegurado: "Es imbatible, sobre todo por su espíritu e intensidad". Sin embargo, admitió la dificultad de encontrar "buenos barítonos dramáticos", aunque no son los expertos sino "el público quien eleva los artistas a la categoría de estrellas".
Domingo se encuentra en Londres, donde, bajo la dirección de Antonio Pappano, graba en los célebres estudios de Abbey Road la ópera wagneriana Tristán e Isolda, una pieza que siempre ha rechazado interpretar sobre el escenario. "El personaje de Tristán es uno de los más difíciles. Tuve dos ocasiones de representarlo en el pasado, pero las rechacé porque estaba convencido de que iban a acabar con mi voz", dijo el artista, de 65 años, para quien este papel de ópera supone el número 120 de su carrera, más que ningún otro tenor en la historia. El lacónico héroe de Wagner requiere "carácter latino y mucho nervio", puesto que es de una "tristeza y desesperación tremenda", afirmó el tenor, quien consideró que "ahora es el momento" de cantar a Tristán.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 19 de diciembre de 2004