Escoger entre ser madre o mantener el empleo es uno de los problemas que se plantean las mujeres con un contrato temporal de trabajo. Durante un tiempo se nos inculca la idea de aumentar la población promoviendo ventajas. Sin embargo, la realidad es distinta: los empleadores se sienten reticentes a la hora de contratar a una mujer en edad de tener hijos, porque prevén un alto riesgo de absentismo laboral. A veces, estos permisos no son pedidos por la gestante, sino que el sistema sanitario establece unos horarios incompatibles con el horario de trabajo.
En el CAP de Piera la mujer embarazada se ve discriminada porque el control del embarazo sólo puede realizarse los miércoles por la mañana, junto con las revisiones de más de 5.000 pacientes, pues el servicio de ginecología de Piera se limita a una mañana a la semana para mujeres entre 11 y 99 años.
El Servicio Catalán de la Salud tiene en sus manos la capacidad de solventar este problema fácilmente, habilitando más personal y posibilitando que ginecólogos y matronas desarrollen su jornada laboral por las tardes, tal y como lo hacen otros especialistas de este centro. Medidas que mejoren la promoción de la mujer en el mundo laboral, y un aumento en la natalidad serán bien recibidas por todos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de diciembre de 2004