En su artículo El valor del reconocimiento (EL PAÍS, 20-12-2004) Albert Branchadell critica a J. R. Lodares la omisión de datos recientes sobre los usos del catalán "que ponen de manifiesto que en
Cataluña el 50,1% considera que su lengua habitual (ahora sí) es el catalán, frente al 44,1% del castellano".
Si lo que importa es el "valor de reconocimiento", quizá los datos relevantes son otros de esa misma encuesta que muestran que el 53,5% de la población en su infancia en su casa hablaba en castellano, frente al 40,4% que usaba el catalán. La encuesta, por cierto, no tiene en cuenta la población inmigrante, lo que si se trata de conocer el uso social y del "reconocimiento" no resulta irrelevante.
Quienes como Branchadell se preocupan por el "reconocimiento", quizá deberían preguntarse qué lleva a esa mayoría de catalanes a abandonar la lengua de su infancia. ¿No tendrá que ver con el hecho de que no sea usada nunca en el Parlament, o a decisiones políticas como la de recomendar la exclusión del castellano en TV3, o la de asegurar a los niños de Valle de Arán la escolarización en su lengua -lo que lleva a muchos padres a buscar escuela fuera de la comarca, por cierto-, pero impedírselo a la mitad de la población? Siempre he tenido dificultad para entender eso del "reconocimiento", pero si va de algo es de cosas como éstas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de diciembre de 2004