Tuvo fama Cigales por sus rosados, de característico color piel de cebolla, más alcohol de lo habitual y una notable frutosidad arrancada a la uva tempranillo (tinto del país) y la garnacha. Zona de tintes atlánticos y clima continental, parecía anclada en glorias pasadas convertidas en pesada losa de la que comienza a sacudirse con la llegada de los nuevos aires vitivinícolas y la renovación de sus tintos. A los nombres de Lezcano, Salas, Ana Martín y Villar hay que añadir los de Muñoz y González. Son los creadores del nuevo Cigales, una DO vallisoletana que en 13 años ha conseguido consolidarse como zona de grandes tintos. El cambio ha sido vertiginoso. De las 14 bodegas iniciales que embotellaban vino se ha pasado a 36. Y un dato trascendental: los rosados, ayer dominantes, ya no representan la mayoría de la producción. El tinto de calidad es la alternativa. Razones existen: viñedos en altura, la gran mayoría entre los 720 y 760 metros de altitud; las temperaturas bajas, con fuertes oscilaciones térmicas, y el viento. En el páramo y en las laderas de los cerros pelados, los suelos pardos delatan el alto contenido calcáreo. Suelen ser muy cascajosos, de origen fluvial, óptimos para la elaboración de grandes tintos. Sólo faltaba reconvertir el viñedo, mejorar los clones y aumentar la proporción de tinto del país (ya el 70%), sin hacer ascos al cabernet ni al merlot. El resultado son vinos frutales y jugosos, con el fino toque del mineral, que anuncian un nuevo horizonte en la zona.
Lezcano Lacalle 2000
Lezcano Lacalle. Teléfono 983 58 69 40. Cepas: tinta del país y merlot.
Grado: 13,7%. Precio: 14.
Puntuación: 8,5/10.
Aroma franco, notas de fruta, especias y torrefactos nítidos, aunque no ensamblados. En boca: algo seco, pero amplio y con carácter; fresco y goloso, termina con recuerdo de regaliz.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 25 de diciembre de 2004