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OPINIÓN DEL LECTOR

A nosotros mismos

Si tuviera verdad la mitad de las cosas que se les escucha decir que van a realizar, esta ciudad además de única, jamás volvería a ser utópica.

Busco en los diarios las palabras escritas, para cerciorarme de la distancia que existe entre lo que dicen los maliciosos titulares, sacados de la verborrea diaria de tan selecto elenco, y la palpable realidad.

La ciudad que me dicen, por más que la miro en mis continuos y obligados paseos, ante la imposibilidad de utilizar el coche, no la veo por ningún lado. Mis ojos continúan viendo cosas sin resolver, muchas de sentido común, otras agravadas por la dilación y demasiadas de ultima generación que ni se sabe ni cuando ni como pueden acabar.

La Encarnación, claro ejemplo de lo que acontece, halló solución en un galimatico concurso para buscar una idea, que es como ahora se encuentran soluciones y se esconden errores, para premiar a una que, con tantas modificaciones, apenas se parece en nada a la galardonada, salvo el invento de la azotea publica, a la que "mea culpa" llamo botellodromo, por lo que soltarán esas suaves rampas.

En los ámbitos a los que transmito mi posición de considerar que aquello para nada es una emblemática plaza de abastos, coinciden en la creencia de que no se construirá eso de las setas, pues sería un emblemático desacierto. Un consuelo a mi desaliento.

Lo malo es que si se llega a realizar, tan solo podremos hacer responsable del "de modé" altercado a nosotros mismos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de diciembre de 2004