No existe explicación alguna para el desmesurado aumento previsto en las tarifas del transporte público madrileño. Una subida que en algunos casos es superior al 7%, más del doble del incremento del IPC acumulado durante 2004, resulta excesiva sin lugar a duda. Un servicio público no debe tener un afán recaudatorio. Si es necesario incrementar el gasto público en infraestructuras (ésta es otra discusión), el medio adecuado es aumentar la carga tributaria directa, o bien redistribuir lo recaudado más eficientemente; de otro modo, el perjudicado final es el usuario. ¿Qué está pasando.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de diciembre de 2004