La Guardia Civil y la Policía Local de Sevilla han intervenido en un piso del barrio de Nervión 680 kilos de artefactos pirotécnicos repartidos en 82.280 unidades de estos explosivos. La vivienda, a cuyo propietario de le han abierto diligencias judiciales, no contaba con ninguna de las medidas de seguridad obligatorias para almacenar este material, como extintores o puertas de emergencia, y tenía repartidos los artefactos por distintas habitaciones, según explicó ayer el delegado de Gobernación de Sevilla, Francisco Fernández (PSOE), quien advirtió de que los 680 kilos incautados son el equivalente a "dos contenedores de basura llenos de pólvora".
Este arsenal es el mayor de los encontrados hasta ahora dentro del dispositivo especial puesto en marcha a mediados de diciembre por la Guardia Civil y las policías locales de todos los municipios de Sevilla. Por el momento, según informó ayer el subdelegado del Gobierno, Faustino Valdés, se han incautado ya de 1,2 toneladas y más de 140.000 unidades de estos artefactos en quioscos, viviendas, mercadillos ambulantes, vehículos y almacenes de la capital, Dos Hermanas, Camas, Herrera y Castilleja de la Cuesta. La última operación se llevó a cabo ayer por la tarde en la localidad de San Juan de Aznalfarache, donde se intervinieron 188 kilos de artefactos procedentes de Burgos y que iban a ser entregados a un distribuidor del barrio de El Cerro del Águila. "Lo que perseguimos no es su uso, que es legal, sino la venta y el almacenaje fraudulento", afirmó Valdés.
En Sevilla sólo hay nueve puntos de venta autorizados para vender este material y deben exhibir al público las licencias de la Subdelegación del Gobierno y del Ayuntamiento. En estos locales sólo está permitida la venta de los tres tipos de artefactos catalogados para uso de aficionado: el tipo uno, permitido para niños mayores de ocho años; el dos, para mayores de 14; y el tres, para mayores de 18.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de diciembre de 2004