Miguel de Cervantes resucitó ayer, cuatro siglos después de escribir su obra cumbre, El Quijote, en la librería Zubieta de San Sebastián, ante la sorpresa de compradores y lectores. Los responsables del establecimiento aprovecharon el Día de los Santos Inocentes para vestir con atuendos del siglo XVII a un gentil ciudadano que se prestó a suplantar al escritor. Durante una hora, dedicó en su nombre numerosos ejemplares de El Quijote. "Pensamos que era una buena forma de animar a la gente a leer esta obra maestra de la literatura con motivo de la celebración de su cuarto centenario", dicen los responsables de la librería.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de diciembre de 2004