El consejero de Economía y Finanzas de la Generalitat, Antoni Castells, reiteró ayer que el objetivo del informe de evaluación de la gestión de CiU no se hizo con la "intención de esparcir basura". "Teniendo en cuenta que el objeto no era encontrar ilegalidades, el informe ni condena, ni absuelve. Simplemente no entra en ello", indicó Castells en declaraciones a Europa Press, y añadió: "A mí no me gusta insinuar, ni dejar caer afirmaciones insidiosas". Por ello, señaló que "para que no exista ninguna sombra de duda, deseo afirmar con toda claridad que de las actuaciones llevadas a cabo para la elaboración del informe no se desprende ninguna ilegalidad". En este sentido, aseguró que "el informe cierra una página y abre otra" y "tiene que servir para mirar hacia adelante y no hacia atrás", así como "para saber qué debemos hacer para mejorar la Administración y los servicios que prestamos a los ciudadanos".
"La principal conclusión del informe es que la gestión realizada era manifiestamente mejorable en la creación de una Administración pública moderna, lo que el país necesita", afirmó el consejero, quien reiteró la necesidad de "mirar hacia el futuro".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de enero de 2005