El año terminó en tragedia en Gálvez, un pueblo de poco más de 3.000 habitantes en los montes de Toledo. Un guardia civil de 48 años mató a su cuñado, disparó contra su primo y luego se quitó la vida. Ocurrió sobre las siete de la tarde del viernes en la casa de los padres del agente, suegros de la otra víctima. Una discusión por unas tierras, según algunos vecinos, pudo estar detrás de lo sucedido. Según otros testimonios el guardia civil disparó sin mediar palabra.
Rafael P. P. tiroteó a su cuñado, Antonio C. S., de 46 años, que murió en el acto. Después disparó contra un primo, que estaba en la vivienda con ellos, al que alcanzaron dos balas, pero que logró salvar la vida porque pudo salir corriendo. Posteriormente, Rafael P. P. se suicidó.
En Gálvez nadie se explicaba qué pudo pasar para que el guardia civil, que recientemente fue trasladado a Guadalajara desde Granada y que apenas iba por el pueblo, reaccionara así. Algunos familiares señalaban ayer que desde que se había separado, hace algunos años, sufría depresiones.
El herido evoluciona favorablemente en el Hospital Virgen de la Salud, donde fue intervenido en estado grave con sendas heridas por arma de fuego en un hombro y un brazo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de enero de 2005