Estimada comunidad: me dirijo a ti para informarte de que yo, como salmantina, no pienso ir hasta ningún precipicio luchando para mantener cosas que no son nuestras, por mucho que el actual alcalde de Salamanca insista. Hace casi diez años, el entonces alcalde de Salamanca, al que yo respetaba y respeto, convocó una manifestación para defender el Archivo de la Guerra Civil, y yo, como muchos miles de conciudadanos, acudí a la convocatoria. Confieso que fui sin tener idea de lo que en dicho archivo había depositado. Ahora lo sé, y no me gusta que en mi ciudad estén secuestrados documentos procedentes de un expolio perpetrado durante el capítulo más doloroso que se recuerda en España. Se insiste desde el consistorio de mi ciudad en que estos documentos son parte del patrimonio de ésta, pero ni yo ni muchos salmantinos estamos de acuerdo. Sí pensamos, sin embargo, que la colección de art déco donada libremente por el señor Ramos Andrade que se muestra en el Museo de la Casa Lis debería ser tenida en cuenta como patrimonio. No quisiera que este enfrentamiento entre ejecutivos diera lugar a malos entendidos. Así, comunidad catalana, te deseo un feliz año nuevo, de mi parte y de parte de todos los salmantinos que quieran unirse a las razones legítimas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de enero de 2005