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Crítica:ÉTNICA

Influencia contemporánea

Tunecino que canta y toca el laúd. Una pista engañosa. Dhafer Youssef vive hace más de diez años en Viena, graba para el sello de jazz Enja -a un primer disco en 1999, Malak, le han seguido Electric sufi y Digital prophecy- y trabaja con distintos improvisadores europeos como Paolo Fresu, Markus Stockhausen o Nils Petter Molvaer. También le ha llamado Bill Laswell.

La música tradicional quedó aparcada. Sobre los efectos percusivos y la guitarra atmosférica se iban insertando las frases escuetas de Youssef: entre la psicodelia y el trip hop, con aquel trasfondo oriental de Pink Floyd en la película More.

La primera vez que estuvo en Madrid, hace casi un año, se presentó en cuarteto. Ahora regresaba sólo con el guitarrista, un abanderado de cierto jazz de los fiordos, cuyas notas recuerdan a veces a Terje Rypdal. El concierto consistió en un diálogo relajado entre dos músicos sentados con sus instrumentos de cuerda prácticamente frente a frente y que no dejan de comunicarse con la mirada. Una conversación en la que no hay disputas de egos entre el brumoso escandinavo y el expresivo norteafricano. Llama la atención cómo suelta la voz Dhafer Youssef: formado en la tradición sufí desde los siete años, su canto no se arredra ante el vigor musical nórdico.

Dhafer Youssef

Dhafer Youssef (laúd árabe y voz) y Eivind Aarset (guitarra eléctrica y programaciones electrónicas). La Casa Encendida. Madrid, 4 de enero.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de enero de 2005