En la colonia de El Niño Jesús, lindando con la calle de Menéndez Pelayo, hay una estatua de un niño; tendrá un poco más de un metro. Aunque no es fácil verla por el seto que la rodea, tiene la cara no muy bien restaurada y un brazo amputado. Ya que se dedican bastantes esfuerzos a decorar la ciudad en tiempo de Navidad, pienso que la autoridad competente demostraría civismo y eficacia si pusiera en condiciones una estatua apreciada por los que somos vecinos de esa colonia..
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de enero de 2005