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OPINIÓN DEL LECTOR

Se ofrece aprendiz

Tengo un hijo con 21 años, con una discapacidad psíquica de un 48% por una sordera a los tonos agudos (o sea que no le afecta nada en conversaciones normales ni para hablar por teléfono), es más, casi nadie lo aprecia en su vida diaria, y un encefalograma más lento, por lo que estudiar le cuesta más. Desde pequeño hemos intentado que todo en él sea lo más normalizado posible. Tiene su graduado en Educación Secundaria Obligatoria. Después ha realizado un Programa de Garantía Social de administrativo y ha estado inmerso en una escuela taller de jardinería durante dos años. También ha realizado un curso de FPO de habilidades sociales y se encuentra a la espera de realizar otros que le ayuden a ser lo más independiente posible.

Desde los 18 años él sólo quiere trabajar, por lo que nos hemos movido para buscarle entrevistas a través de la ONCE, con empresas que se anuncian todos los días en prensa y que dicen preferir gente con certificado de minusvalía. Lleva infinidad de entrevistas pero nunca se adapta al perfil de ningún empresario que llega, al menos eso dicen.

También se presentó a las oposiciones de peón del Ayuntamiento de Sevilla, cuyo primer examen no aprobó. Se solicitó una adaptación al examen y las mentes privilegiadas metieron en el mismo saco a minusválidos físicos y psíquicos. Sin comentarios.

La realidad es que casi siempre contratan a gente con discapacidad física y el caso es que ya se cansa de entrevistas y ver que no sirven para nada. Se encuentra deprimido y ver como sus amigos normales van a la Universidad, a trabajar. Se va quedando más solo cada día, pasa horas y horas durmiendo y sin ganas de nada. Se empieza a juntar con malas compañías, que además es lo único que hay por la mañana y en las horas en que sale. Sé que el trabajo está difícil para todos pero creo que estos chicos necesitan más ayuda al tener menos recursos intelectuales. Lo ideal sería que, para ellos, como antiguamente existía, hubiera esos empresarios que necesitaban aprendices, donde mi hijo se sentiría útil ya que es un chico fuerte y necesita gastar energía y poner en práctica lo que desde pequeño se le ha enseñado: que hay que trabajar y ser una persona útil a la sociedad y no un vago.

Si alguien lee esto y nos quiere echar una mano o necesita un aprendiz o ayudante, se lo agradecería.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de enero de 2005