El Corte Inglés abría la víspera de Reyes con un horario comercial adaptado a los más rezagados en la compra de regalos: de diez de la mañana a doce de la noche. El pasado miércoles, sin embargo, el horario se topó con la nueva normativa de horarios comerciales y los grandes almacenes abrieron sólo de diez de la mañana a diez de la noche.
El pasado 1 de enero entró en vigor la nueva ley catalana de horarios, más restrictiva que la anterior e incluso que la legislación estatal. En la práctica, los comercios abrirán ocho festivos al año -entre ellos, este domingo-, frente a los 12 anteriores, y un máximo de 72 horas semanales, frente a las 90 anteriores. La legislación catalana prohíbe, además, abrir más de 12 horas seguidas y también cualquier tipo de venta entre las diez de la noche y las siete de la mañana. Esta normativa, consensuada con los comerciantes, es criticada por las grandes superficies debido a las restricciones que impone.
La ley catalana da libertad total de horarios a los establecimientos de alimentación de hasta 120 metros cuadrados que no pertenezcan a grupos, pero incluso en este punto es más restrictiva que la ley estatal, que fija el máximo en 150 metros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de enero de 2005