El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, puso ayer distancia respecto a las duras críticas vertidas por la Conferencia Episcopal que, en una nota, consideró la víspera "inadmisible" el plan Ibarretxe. En un mensaje dirigido a la comunidad cristiana de Guipúzcoa, Uriarte afirma: "No considero propio de mi misión episcopal delimitar la naturaleza ni el alcance jurídico y político de la propuesta aprobada por el Parlamento vasco. En consecuencia, no tengo motivos suficientes para emitir sobre el texto una valoración moral".
El prelado recuerda que en mayo de 2002 formuló, junto al resto de los obispos vascos, un "criterio moral de carácter general", en el que defendía que "mientras los modelos políticos respeten los derechos humanos y se mantengan dentro de cauces pacíficos y democráticos, la Iglesia no puede ni sancionarlos como exigencia de la ética ni excluirlos en nombre de ésta". Por esta razón, Uriarte sostiene que los ciudadanos católicos "están llamados a elaborar de manera adulta, sin proteccionismos ni intervencionismos eclesiales, sus propias opciones políticas".
Por último, el obispo de San Sebastián concluye que la nota de la Conferencia Episcopal crítica con el proyecto de Ibarretxe "no es en sí mismo vinculante para la formación del criterio moral de la comunidad católica guipuzcoana, puesto que es un escrito pastoral, no un documento doctrinal aprobado unánimemente por los obispos o ratificado por la Santa Sede".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de enero de 2005