Leo en un periódico local de Estepona que el Ayuntamiento va a permitir construir 75 viviendas y un centro comercial en una finca en primera línea de playa (Punta de la Plata) pese a que lo impide el PGOU. De nuevo se produce un hecho por desgracia muy habitual en la Costa del Sol: la especulación inmobiliaria.
Esta obra desde que la empresa constructora solicitó la licencia, que le fue concedida allá por 1988, ha estado siempre rodeada de polémica. Tras varias denuncias de la Demarcación de Costas por la proximidad a la playa de la futura construcción (denuncias que fueron impugnadas por la constructora ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que le dio la razón a ésta, sorprendentemente), el Ayuntamiento ha dado vía libre a la destrucción de una de las pocas zonas arboladas del litoral esteponero, argumentado para ello que en caso de no permitir esto tendría que correr con una indemnización de 24 millones.
Con esta decisión pronto no sólo vamos a ver desaparecer un pequeño bosque de eucaliptos y pinos sino esas preciosas vistas de la Punta de la Plata desde cualquier lugar del Paseo Marítimo o de la Playa de la Rada. Es cierto que la obra cuenta con un informe favorable del TSJA, pero ¿no se podría haber llegado a un acuerdo con la empresa, como se hizo con la parcela de la Playa del Cristo, en el que se le cedió al propietario otra finca, como compensación por esta?
Estamos ante un nuevo triunfo del ladrillo en un periodo en el que paradójicamente desde los Ayuntamientos de la Costa no paran de hablar de desarrollo sostenible. Pero ya vemos con esta actuación como desde la mentalidad de nuestros políticos "desarrollo sostenible" es igual a desarrollo económico de ciertos sectores e intereses ajenos al bienestar de los habitantes de la Costa del Sol.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de enero de 2005