Un futbolista ruso fichado en cualquier equipo europeo podrá ser, con mucha probabilidad, tratado como si de un jugador comunitario se tratase. A efectos laborales, un jugador ruso de un equipo español tiene los mismos derechos que un jugador portugués, francés, alemán o español. Ésta es la opinión expresada ayer por la ponente del Tribunal de Justicia europeo -Christine Stix-Hackl-, que en el 80% de los casos coincide finalmente con la sentencia de los jueces, para un caso español: el del futbolista ruso Igor Simutenkov, que entre 1999 y 2002 perteneció a la plantilla del Tenerife y apeló a la Justicia para poder participar sin restricciones en las competiciones organizadas por la federación española. Los jueces del Tribunal de Justicia europeo siguen en el 80% de los casos la opinión de la ponente, que en este caso es la letrada Christine Stix-Hackl. Que los rusos puedan acogerse a las mismas normas de los jugadores comunitarios se deberá al Acuerdo de colaboración CE/Federación de Rusia, que prohíbe el trato discriminatorio por razón de nacionalidad en relación con las condiciones de trabajo. De hecho, Simutenkov se acogió a dicho acuerdo para pedir el cambio de su licencia por la de jugador comunitario. Los jueces europeos comienzan ahora sus deliberaciones antes de dictar próximamente su sentencia sobre el caso.
En la Primera División española, Valery Karpin, de la Real Sociedad, estonio con nacionalidad rusa, ya juega como comunitario desde junio del pasado año, gracias a que la ampliación de la UE incluía a Estonia, su país de origen. Antes, Karpin pasó sin fortuna un largo periplo judicial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de enero de 2005