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Apuntes

La soledad del estudiante 'erasmus'

Hace ya años, la beca erasmus -que permite a los alumnos europeos cursar estudios en universidades de países de la UE distintos al propio- fue bautizada por sus protagonistas como beca orgasmus. El término sintetiza lo que muchos viven y la mayoría espera de una experiencia generalmente enriquecedora: mucha marcha; muchos ligues; amigos, y cierta condescendencia por parte de los profesores a la hora de evaluar.

Pero las expectativas no siempre se cumplen. Por la consulta de Joan Balmes, psicólogo de la asesoría de orientación personal de la Universitat de València, pasaron en 2004 siete alumnos erasmus que presentaban en distintos grados los mismos problemas: soledad, inadaptación y aislamiento. "Vino por ejemplo una estudiante irlandesa que había llegado con la idea de que Valencia era una ciudad muy abierta de gente extrovertida, y sus previsiones no se cumplieron, porque, según ella, los estudiantes forman grupos cerrados". En estos casos, los psicólogos desarrollan una intervención con la que pretenden "vincular" a los extranjeros al nuevo medio. El psicólogo señala igualmente que algunos de los problemas son anteriores a la beca, y que hay quienes han recibido en sus países tratamiento psicológico. "Puede que algunos se marchen al extranjero precisamente para escapar de sus preocupaciones, lo que no tiene necesariamente que dar buen resultado".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de enero de 2005