He leído: "El Ayuntamiento intentará despertar el espíritu olímpico de los madrileños durante seis meses". Desde el pasado año, debido a las subidas tan bestiales en impuestos y servicios públicos que estamos sufriendo, no podemos pegar ojo pensando en cuál va a ser la siguiente sorpresa; hoy el agua, y nos quedan, según ellos, ¡seis meses!
Me sorprende la actitud de nuestros dirigentes, democráticamente elegidos por nosotros, que permanecen mudos, ciegos y sordos ante estas subidas; dan la impresión de que a ellos no les afecta. Yo soy un fanático del deporte y un amante de Madrid, que nadie me tache de lo contrario, pero últimamente me estoy cuestionando lo siguiente: ¿A quién beneficio con mi voluntariado y mi voto a un Madrid Olímpico?
A mí no, dado que, como habitante de esta ciudad, voy a tener que soportar durante mucho tiempo las obras, atascos, aglomeraciones, ruidos y otros inconvenientes que otros olvidan, y los cuales estaría dispuesto a soportar si hubiese visto el más mínimo resquicio de amabilidad por parte de nuestro Ayuntamiento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 18 de enero de 2005