Varias entidades cívicas, entre ellos los colectivos conservacionistas Adena y Ecologistas en Acción del País Valenciano, exigen la paralización de las obras de ampliación del puerto deportivo Luis Campomanes, al norte del litoral de Altea. El proyecto, ya autorizado por la Administración, prevé duplicar los amarres, es decir de 500 a algo más de un millar.
Los colectivos cívicos están elaborando una denuncia para trasladarla al Seprona y al Ministerio de Medio Ambiente porque, a su juicio, consideran que los promotores han iniciado la ampliación -las obras comenzaron hace dos semanas- sin cumplir uno de los requisitos previos a la autorización, es decir, la elaboración de un proyecto para la conservación y trasplante de la pradera Posidonia marina.
Los grupos denunciantes mantienen, además, que los trabajos preliminares ya han acarreado otras consecuencias negativas para el entorno, entre ellas, el enterramiento de una cala contigua, en concreto la playa Solsida.
El proyecto de ampliación de este puerto deportivo, sito en las faldas del monte que alberga la lujosa urbanización de Altea Hills, ha contado desde el principio con el rechazo de vecinos y ecologistas. Estos últimos resaltan el el negativo impacto en la pradera de Posidonia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 19 de enero de 2005