La comisión de estudio sobre financiación de la sanidad en Cataluña propugna un sistema de copagos en la prestación farmacéutica proporcionales a la renta.
Los criterios para acceder a la prestación farmacéutica no pueden ser distintos en Cataluña y el resto del Estado, y es dudoso que sea conveniente que lo sean en un futuro. El actual sistema de copagos en farmacia tiene limitaciones, pero la ventaja de ser muy simple. Un sistema en relación con la renta presenta problemas evidentes: la renta es un concepto variable difícil de cuantificar; el consumo farmacéutico no tiene que ver con la renta, sino con la edad y la presencia de enfermedades crónicas, y por lo tanto penalizaría a las personas que por su estado de salud precisan el consumo de muchos fármacos, y por fin, los costes de transacción de un sistema a otro serían muy elevados y no compensarían en modo alguno la transformación del mecanismo actual.
Todos los fármacos financiados por el sistema nacional de salud son prescritos por un médico, y es en este nivel en el que hay que intervenir fomentando una formación actualizada. Ésta es la vía para avanzar en la mejora de la prestación farmacéutica y en el control del gasto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de enero de 2005