El tripartito no dejó ayer que la sacudida de la propuesta de financiación lanzada por CiU rompiera una sola pieza de la vajilla. Incluso el PP se apresuró a sujetar las estanterías para evitar que los platos del consenso estatutario rodaran por los suelos.
El consejero de Economía, Antoni Castells, se apresuró a media tarde de ayer a matizar que la propuesta de CiU "comparte un denominador común muy amplio con los planteamientos del Gobierno y los acuerdos del Tinell". Castells, que lidera la negociación por parte del Ejecutivo, subrayó que "contribuirá en gran medida a definir la propuesta final conjunta".
El portavoz del Grupo Socialista, Miquel Iceta, se expresó en el mismo sentido y matizó que CiU aportaba "un material de extraordinario interés".
Desde Esquerra Republicana, Joan Ridao se felicitó por las similitudes entre la propuesta de CiU y la de su partido e hizo votos para que la financiación llegue pactada por los convergentes y la izquierda a la ponencia. Jaume Bosch, diputado de ICV-EUiA, sentenció: "Pactar con CiU y hacerlo en forma paralela al funcionamiento de la ponencia que elabora el Estatut afectará positivamente al calendario". Ni siquiera el Partido Popular entró a criticar la propuesta de financiación propugnada por la federación que lidera Artur Mas. El portavoz parlamentario del PP, Francesc Vendrell, se limitó a asegurar que la actitud de CiU "rompe un poco no las normas del juego, sino las de funcionamiento, ya que buscan patrimonialismos e intereses particulares de partido, no intereses políticos generales".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de enero de 2005