Estos últimos días hemos visto cómo el Metro de Madrid ha colocado sendas pegatinas en sus puertas de acceso, además de ceniceros para que los usuarios puedan apagar los cigarrillos en la entrada. También, en paneles informativos y carteles publicitarios, se ha avisado de la prohibición de fumar en toda la red de Metro, y les aplaudo porque la medida está resultando efectiva y en Metro se están tomando las cosas en serio. En cambio, cada vez que entro en Atocha-Renfe parece que ellos obvian su responsabilidad de evitar que los usuarios fumen, máxime cuando algo que podrían evitar los agentes de seguridad que protegen la entrada de viajeros al tren, no sólo no lo evitan sino que también lo incumplen.
Bochornoso, que hasta las propias fuerzas de seguridad de Renfe fumen en los andenes donde ellos mismos lo prohíben. ¿Así vamos a vender 2012, señor Gallardón? Por favor, señores de Renfe, un poco más de compromiso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de enero de 2005