El Sevilla despachó al Albacete con el mínimo esfuerzo y ahorró fuerzas para su aventura copera. Tal es la cara de moribundo que presenta el Albacete que cualquier partido le supone una cuesta arriba. Si además se le lesionan dos jugadores, recibe dos goles en dos jugadas aisladas y no acierta a marcar un tanto ni jugando un día entero, poco le queda por decir. El Sevilla no hizo nada del otro mundo. Le bastó con un disparo precioso, eso sí, de Renato y un sprint de Antoñito en la prolongación de la primera parte. En el segundo tiempo no tiró ni una vez a puerta, se atrincheró en su área y confundió al Albacete con su juego aburrido y de pillos. Que si Antoñito y Alves simulaban una agresión, que si Aranda fingía un penalti... El delantero fue silbado en su regreso a Albacete.
ALBACETE 0 - SEVILLA 2
Albacete: Gaspercic; Gaspar, Buades, Rubén González, Peña; Jaime (David Sánchez, m. 54), Álvaro; Redondo, Olivera (Mikel, m. 46), Mark González (Momo, m. 46); y Rubén Castro.
Sevilla: Esteban; Sergio Ramos, Javi Navarro, Pablo, David; Daniel Alves, Renato, Martí, Puerta (Capel, m. 85); Aranda (Darío Silva, m. 60) y Antoñito (Jordi, m. 69).
Goles. 0-1. M. 36. Renato controla el balón fuera del área tras un rechace y suelta un disparo fortísimo por la escuadra derecha de Gaspercic, que reacciona tarde.
0-2. M. 45. Antoñito se escapa por velocidad de su defensor y bate por raso al meta del Albacete en su salida.
Árbitro: Lizondo Cortés. Amonestó a Gaspar, David Sánchez, Martí y Jordi.
Unos 13.000 espectadores en el estadio Carlos Belmonte, aproximadamente 1.000 de ellos seguidores del Sevilla.
Sin Baptista ni Makulula, el Sevilla se entregó a un fútbol tan industrial como práctico. El Albacete acumuló jugadores tras el balón y salió escopetado al recuperarlo. Por la izquierda, Mark González puso en aprietos a Sergio Ramos hasta lesionarse y por la derecha caían Rubén Castro y Olivera. Claro que toda la puesta en escena se desmoronaba a la hora de acertar con el gol. Todo lo contrario que el Sevilla, que, a la primera que tuvo, se adelantó con un golazo de Renato, su tercero en la Liga.
Sin casi apostar, al Sevilla le había tocado el gordo. Tenía el botín en el bolsillo y nadie se lo quitó, menos todavía cuando Antoñito se estrenó como goleador en una jugada en la que aprovechó su rapidez. Luego fue a celebrar el tanto con los 1.000 hinchas del Sevilla que viajaron a Albacete y las vallas casi se vienen abajo.
El cúmulo de desgracias aumentó para el Alba. Se lesionó Mark González y luego Rubén, que acabó el partido con el brazo en cabestrillo porque su equipo había hecho ya los tres cambios. David Sánchez sustituyó a Jaime al volante del juego y el equipo giró en otra dirección. Llegó con más frencuencia a la meta de Esteban, sí. Exigió del portero más de una parada meritoria, también. Pero el Sevilla mantuvo su portería inmaculada. Con lo poco que había hecho el conjunto de Caparrós y aún le sobraba ventaja.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 24 de enero de 2005