En la mayoría de accidentes de autocares el número de heridos o de muertos es innecesariamente elevado por la falta de cinturones de seguridad. ¿Por qué la legislación es diferente para el transporte público por carretera y para los vehículos privados?
Cuando viajo con mis alumnos, me abrocho el cinturón siempre que voy en el primer asiento y lo haya. Pero la sensación de llevar a mis espaldas 60 adolescentes libres como pájaros es de un cierto desasosiego.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 25 de enero de 2005