El canciller federal alemán, el socialdemócrata Gerhard Schröder (SPD), afirmó ayer: "Es un deber común de todos los demócratas enfrentarse al acoso repulsivo de los neonazis y al intento de quitar importancia a los crímenes nazis". Schröder pronunció estas palabras en un teatro de Berlín durante un acto celebrado con motivo del 60º aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz. El canciller rechazó el recurso a explicar el nazismo con "el demonio Hitler" y añadió: "Al mal de la ideología nazi no le faltaban requisitos. El embrutecimiento del pensamiento y la falta de escrúpulos morales tienen unos antecedentes históricos. Ante todo: hubo personas que quisieron y produjeron la ideología nazi".
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No obstante, Schröder constató que los alemanes de hoy "no tienen ninguna culpa del Holocausto, pero llevan encima una responsabilidad especial".
La ceremonia conmemorativa del aniversario de Auschwitz se celebró en un teatro del centro de la capital alemana con presencia de políticos, supervivientes del campo de exterminio y familiares.
El presidente de honor del Comité Internacional de Auschwitz, Kurt Julius Goldstein, de 90 años, ex combatiente de las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil española y superviviente del exterminio, consiguió reprimir a duras penas las lágrimas cuando dijo en medio del silencio de la sala: "Auschwitz es más que millón y medio de muertos, es el mayor cementerio del mundo". Al concluir la lectura de su discurso, Goldstein aludió a recientes acontecimientos en Alemania: "Cuando hoy día, en nuestra patria, veo cómo nazis se manifiestan por las calles y el más alto tribunal protege esas marchas en nombre de la libertad de expresión entonces me digo: para nosotros se trata de un acto inhumano y sufrimos por ello".
Las palabras de Goldstein aludían a las manifestaciones de neonazis y a los diputados del neonazi Partido Nacionaldemocrático de Alemania (NPD), que el pasado viernes en el Parlamento del Estado federado de Sajonia abandonaron el pleno para no guardar un minuto de silencio por las víctimas del nazismo y equipararon el Holocausto con los bombardeos de los aliados al final de la Segunda Guerra Mundial.
En su discurso, Schröder aseguró que la policía, los servicios secretos y la justicia prestarán especial atención a "las consignas mohosas y las pintadas de las fuerzas extremistas de derecha", aunque "el enfrentamiento con los neonazis y los viejos nazis tenemos que llevarlo adelante juntos y políticamente". "No se puede negar que todavía hoy hay antisemitismo", dijo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de enero de 2005