Pocas veces se brinda al público andaluz la posibilidad de contemplar una muestra como la que abrirá hoy sus puertas en los claustros del Palacio Provincial de la Diputación de Cádiz. Un centenar de obras de artistas contemporáneos, como Francis Bacon, Andy Warhol, Joseph Beuys, Anthony Caro, Enzo Cucchi, Henry Moore, Dennis Oppenheim, Fernand Lèger y David Hockney, entre otros, componen la muestra Circa XX, seleccionada de la colección particular de Pilar Citoler, que podrá ser visitada hasta el próximo 6 de marzo.
La coleccionista acudió ayer a la presentación de la muestra a los medios de comunicación, acompañada por la vicepresidenta de la Fundación Provincial de Cultura, Irene García. Estomatóloga de profesión, Pilar Citoler comenzó a coleccionar arte contemporáneo en los años setenta, guiada por una afición largamente cultivada. "Amo el arte desde que tengo uso de razón, siempre me atrajo ese mundo. Me entusiasmaba ir a exposiciones, conocer a los galeristas y a los creadores, y me divertía mucho comprar lo que me era asequible", dijo.
Sus pr imeras adquisiciones fueron piezas afines al pop art, pero poco a poco el criterio de Pilar Citoler se fue abriendo a otras escuelas. "He sido muy independiente en el momento de comprar, y a ello se debe que la colección sea muy personal e intimista. Fui siguiendo los pasos de cómo iba evolucionando el arte contemporáneo, y sigo avanzando en las tendencias", comentó.
Aunque parte de su patrimonio ha sido exhibido anteriormente en Zaragoza, Madrid y Logroño, y viajará próximamente a A Coruña, las obras que se verán desde esta tarde en Cádiz han sido seleccionadas con un criterio concreto: firmas de renombrados creadores plásticos extranjeros y no residentes en España. "De una exposición a otra vamos cambiando las obras, tratando de dar nuevas lecturas a la colección", comentó Citoler, que afirmó haber hecho su colección "por puro gusto, a lo largo de 30 años, pieza por pieza".
De las 900 que posee, su obra favorita es un dibujo de Le Corbusier que adquirió en Basilea. Y aunque asegura que los galeristas le han dado siempre muchas facilidades, la lista de pintores que querría incorporar a sus fondos sigue siendo extensa. "El valor de ciertos artistas es hoy imposible de alcanzar para alguien como yo, a quien ninguna institución ha sufragado nada", comentó.
Citoler decidió compartir sus posesiones con el gran público cuando sintió que las obras adquiridas le invadían "física y espiritualmente". "Entendí que la vocación de mi colección era pública y social. Guardarla me parecía mezquino, tenía que exhibirse", añadió la coleccionista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de enero de 2005