La obsesión por llevar a cabo empresas aparentemente imposibles y el deseo de experimentar algo nuevo y distinto constituyen el común denominador de los dos vídeos de Joost Conijn (Amsterdam, 1971) que se presentan en el Espai 13, de la Fundación Miró, hasta el 6 de febrero, reunidos en la exposición Two films. El primer trabajo, Hout auto (Coche de madera), ofrece un collage de fragmentos del viaje que Conijn realizó desde Holanda hasta Albania, pasando por Bélgica, Alemania, Chequia, Rumania, Ucrania y Hungría. Lo curioso de la empresa no es el viaje en sí mismo, sino el vehículo con el que se llevó a cabo: un coche construido por el artista enteramente en madera, que funciona por combustión de leña, según un sistema empleado durante la II Guerra Mundial. Conijn se centra en las reacciones de las personas que encuentra en su camino.
El segundo vídeo, Siddieqa, Firdaus, Abdallah, Soelayman, Moestafa, Hawwa y Dzoel-kifl, recoge escenas de la vida cotidiana de los siete niños cuyos nombres dan título a la obra. Los niños, de 3 a 14 años, son hijos de una pareja de holandeses convertidos al islam. Pasan sus días abandonados a sí mismos en un estado de autonomía y libertad ficticias, que impone la reflexión sobre el verdadero significado de estos conceptos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de enero de 2005