La Guardia Civil investiga la procedencia de un millar de tubos de ensayo llenos de sangre que un miembro de la brigada municipal de Sant Sadurní d'Anoia encontró al lado de un contenedor de la población. De momento no se sabe si la sangre encontrada es de origen humano o animal. Las investigaciones policiales se centran en los laboratorios que presumiblemente podrían haber desechado estos tubos incumpliendo la normativa sobre residuos. El Ayuntamiento, sin embargo, sostiene que los desechos no han representado ningún peligro.
El millar de tubos se encontraron dentro de un bidón de aproximadamente un metro de altura. El empleado municipal alertó rápidamente de que había encontrado los recipientes con un líquido que parecía sangre, lo que posteriormente confirmó un análisis que se hizo en un laboratorio local. Lo que no pudo determinar el análisis fue si la sangre era humana o animal, ya que la extracción se había efectuado hacía unos días y los leucocitos (a partir de los cuales se habría podido averiguar su origen) se encontraban ya inactivos.
El bidón encontrado no llevaba adherida ninguna etiqueta. En cambio, en los tubos había un rótulo con una larga codificación manual, por lo que se sospecha que salieron de algun laboratorio con un volumen de actividad mediana (los grandes centros trabajan con codificaciones digitales). La numeración de los tubos permitió a la Policía Local de Sant Sadurní abrir una investigación y contactar con el fabricante. Resultó ser una empresa inglesa que vendió sus productos en varios países europeos. Con los datos aportados por el fabricante, la policía elaboró una lista con el nombre de los 15 laboratorios (cuatro de ellos no son españoles) que pudieron haber adquirido los tubos ahora encontrados. En este punto, la policía local pasó las investigaciones a la Guardia Civil. De las diligencias se encarga el Juzgado de Vilafranca del Penedès.
El contenedor junto al que se hallaron los tubos se encuentra en una zona de naves industriales por la que el tráfico de camiones es intenso. Por eso no se descarta la posibilidad de que los tubos llegasen a la localidad en algún servicio de transporte y el conductor los abandonara.
El alcalde de Sant Sadurní, Joan Amat, asegura que se puede descartar completamente que la sangre proceda de algún centro sanitario o laboratorio de la localidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 29 de enero de 2005