Había expectación, como ocurre siempre con Baldo Martínez, pero más tratándose de un Proyecto Miño que ya escuchó media Europa y aún no se había escuchado en España. Sobre el escenario, los ocho integrantes originales del ensemble más uno, el zanfonista galo Valentín Clastrier, y menos uno, el guitarrista Carlos Becerro, indispuesto a última hora. El conjunto resultaba ser una mini big band de aquella manera pues había, junto a los instrumentos al uso en el jazz, otros tan poco frecuentes como el pandero de forma cuadrada y un serpentón, artilugio inusitado digno de verse y de escucharse. En su estreno, en Portugal, el Proyecto Miño contó con la cantante María João; su lugar lo ocupa hoy Maite Dono, una voz espléndida.
Baldo Martínez Grand Ensemble
Proyecto Miño. Maite Dono (voz); Chiaki Mawatari (tuba, serpentón); Alejando Pérez (saxos y clarinete); David Herrington (trompeta); Antonio Bravo (guitarra); Baldo Martínez (contrabajo); Pedro López (batería); Carlos Castro (percusión); Valentín Clastrier (zanfona). Círculo de Bellas Artes. Madrid, 27 de enero.
Tales son los ingredientes que le sirven a Baldo Martínez para recomponer los aires del cancionero popular del noroeste peninsular, junto a un par de originales de Clastrier. Podría hablarse de una casi perfecta síntesis coral entre el jazz en su forma más avanzada, y la tradición en su expresión más arcaica. Una obra altamente personal y convincente en su intachable acabado final.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 29 de enero de 2005