La plaza Mayor de Madrid se convirtió ayer en improvisado salón de baile de los caballos andaluces. De la mano de la familia Bohórquez, los ejemplares desplegaron todo su colorido, ritmo y las buenas enseñanzas aprendidas en la doma, dentro del espectáculo Jerez, en todos los sentidos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 29 de enero de 2005