El Mégane es el más veterano de los tres, pero tiene la línea más atrevida y menos convencional. El frontal mantiene el aire de familia de Renault, y el pliegue que define la tapa del maletero es su detalle más original.
Conducción: 46 puntos (2º)
El motor 1.9 dCi es su gran ventaja: tiene 120 CV, 10 más que sus rivales. Además, el cambio de seis marchas permite sacarle más partido. Así pueden ofrecer unas prestaciones superiores y un mayor desahogo para viajar con carga aprovechando su cilindrada: tiene más fuerza a bajo régimen y se estira con brío hasta 4.400 vueltas.
Las suspensiones son tan cómodas como las del C4 y tiene unos mandos muy suaves. En cambio, la dirección es demasiado sensible, provoca unas reacciones más nerviosas si se conduce con brusquedad y limita la calidad de conducción. Pero por lo demás tiene una buena estabilidad, tanto en trazados lentos como rápidos, se maneja con dos dedos y responde con aplomo. Además frena con seguridad sin el menor desequilibrio y su tacto refinado hace disfrutar la calidad de conjunto porque es muy cómodo para viajar.
Vida a bordo: 41 puntos (3º)
El Renault aporta un diseño interior más alegre y futurista, y busca la funcionalidad integrando más huecos para objetos, algunos originales, como los cofres situados bajo el piso o las guanteras de los apoyabrazos laterales delanteros. Pero el tamaño de los asientos, con las banquetas cortas, penaliza el confort, tanto delante como atrás. Y la línea de la zaga limita el maletero, que en la práctica es algo más pequeño. Además, aunque el salpicadero combina plásticos en dos tonos y está bien acabado, no tiene la presencia del C4 ni la consistencia de sus dos rivales. Pero, salvo estos matices, ofrece el tacto más suave, tanto mecánico como de suspensión y rodadura. Y filtra bien los baches sin que se noten.
Seguridad: 15 puntos (3º)
Incluye seis airbags y ABS, como el Focus, pero el ESP se paga aparte (600 euros). Y tiene un comportamiento dinámico seguro, aunque más nervioso que sus rivales.
Economía: 26 puntos (1º)
Cuesta 18.635 euros, sólo 300 más que el Ford, pero viene mejor equipado de serie: aire acondicionado, cuatro elevalunas, radioCD con mandos en el volante, ordenador de viaje y detalles como tarjeta de apertura y arranque, sensores de lluvia y faros, más huecos...
El Mégane refleja su potencia con un consumo algo superior: gasta más de siete litros en conducción tranquila y por encima de nueve en ciudad y cuando se estiran las marchas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 29 de enero de 2005