El último partido de España en la primera fase del Mundial resultó muy pobre. El equipo de Juan Carlos Pastor jugó contra Argentina, pero perdió la tensión de la competición. Ganó con comodidad, como era previsible. Pero por su actitud en la pista mereció perder. No era un partido apetecicle, puesto que ninguno de los dos rivales se jugaba nada. Pasara lo que pasara, España iba a entrar en la segunda fase con dos puntos y Argentina iba a quedar eliminada. Pero quedaba la imagen y el orgullo de jugar en un Mundial. Argentina lo comprendió. España, no. Se limitó a ganar. Y puede que esta bajada de ritmo le cueste algún disgusto en la segunda fase, cuando se enfrente a Alemania, Serbia y al ganador del Noruega-Egipto.
ESPAÑA 35 - ARGENTINA 28
España: Barrufet (Hombrados); R. Entrerríos (3), Lozano (5, 1 de penati), Hernández (3), Pérez (5), Juanín (6, 1 de p.), M. Ortega (3) -siete inicial-. A. Entrerríos (2), Garabaya (1), Garralda (2), Davis (2), Romero (3, 1 de p.) y Rodríguez.
Argentina: Schulz (García); M. Viscovich (3), Gull (4, 2 de p.), Civelli (1), Marine (4), G. Viscovich, Carou (6) -siete inicial-. Crevatin, Lima, Acetti (5, 1 de p.), Pardales y Querin (1).
Árbitros: Pozeznik y Repensek (Eslovenia).
Marcador cada cinco minutos: 4-1, 4-5, 6-8, 10-9, 12-12, 15-14 (descanso). 20-16, 22-17, 27-17, 31-21, 32-25 y 35-28.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de enero de 2005