Soy española y residente en Bélgica. Como no dejo de asombrarme ante las duras críticas de la Iglesia católica, empezando por el Papa y terminando con los párrocos, contra la política del Gobierno español en materia de libertades y derechos (que no de obligaciones), todos los días me pregunto ¿por qué la Iglesia no ataca al Gobierno belga?
Bélgica es un país donde existen leyes que regulan el divorcio, el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la eutanasia. Algunas de estas leyes son muy recientes como para no recordar las opiniones de la Iglesia católica contra el Gobierno belga.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de enero de 2005