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Tribuna:

Avanzar sin confrontar

El Proyecto de Nuevo Estatuto Político para Euskadi, conocido como plan Ibarretxe, y aprobado por el Parlamento vasco el 30 de diciembre, no soluciona ninguno de los problemas que tenemos los ciudadanos vascos y mucho menos los trabajadores. Es por esto que UGT-Euskadi ha mostrado su desacuerdo con el mismo en varias ocasiones.

No podemos estar de acuerdo con el contenido, ya que se trata de un texto nuevo en su integridad, con el que dan por "muerto" el actual Estatuto de Autonomía, en su día refrendado por la ciudadanía vasca.

Tampoco estamos de acuerdo en la forma en que se ha elaborado. UGT considera que cualquier reforma del Estatuto de Autonomía debe de llevarse a cabo en una mesa de diálogo abierta, proponiendo los artículos concretos que se quieren reformar y llegando a un consenso amplio, con el objetivo de que tenga una efectividad real e integradora, que no divida a la sociedad, tal y como lo hace el proyecto de Nuevo Estatuto Político para Euskadi.

El 'Plan Ibarretxe' no soluciona ninguno de los problemas que tenemos los trabajadores

Adoptar un nuevo marco de forma unilateral, genera división e inestabilidad

Hay que recordar que el Estatuto de Autonomía actual es una Ley Orgánica, aprobada por las Cortes Generales y el Parlamento vasco, y tanta legitimidad tiene el Parlamento vasco como el Congreso de Diputados, solo que éste último tiene un rango superior que hay que acatar y respetar.

Claro que los responsables del Gobierno vasco, y de los partidos políticos que apoyan este Nuevo Estatuto Político para Euskadi, dicen abiertamente no respetar las reglas del juego de la democracia y marcan en su Propuesta el procedimiento para realizar una reforma estatutaria.

En dicha Propuesta se habla de la comunidad de libre asociación con España, como si nosotros no fuéramos parte de ella, y pide a España que le lleve a Europa, para luego hacer lo que quiera en Europa. Plantea que, en los aspectos no acordados entre España y Euskadi, los dirigentes de Euskadi harán lo que quieran en transferencias y leyes generales... e intentan romper la Caja Unica de la Seguridad Social, con una nueva normativa en cuanto pensiones y desempleo (será la EPSV privada que propone el Gobierno vasco) y elaborarán, entre otras leyes y normativas, un nuevo Estatuto de los Trabajadores.

El lehendakari, permanentemente, dirige mensajes firmes y contundentes: "Lo que decida la sociedad vasca, todos lo tienen que respetar y cumplir". Pero, tenemos que recordarle que la sociedad vasca también son los trabajadores y trabajadoras. ¿Respetarán el Gobierno vasco y los empresarios las propuestas que hagan los trabajadores? o en este caso habrá que llegar a acuerdos para luego aplicarlos.

Recordamos al lehendakari que las instituciones como Diputaciones y Ayuntamientos también son sociedad vasca y que cuando tomen decisiones, como es el caso de las consultas realizadas ya por los Ayuntamientos en Amorebieta y Zestoa, el Gobierno vasco deberá también respetar y cumplir sus decisiones y no rechazarlas como hizo en su momento.

El lehendakari entiende por "Sociedad Vasca" sólo lo que su Gobierno y él mismo decidan en cada momento, pero "Sociedad", lehendakari, es lo que establecen las leyes para la toma de decisiones.

El adoptar un Nuevo Estatuto Político para Euskadi, de forma unilateral y saltándose la legalidad existente, significa generar incertidumbre, inestabilidad y más división entre los ciudadanos y las organizaciones, empeora la vida de la sociedad vasca y, desde luego, para nada mejora la calidad de vida de las personas.

Una vez que el Congreso de Diputados se pronuncie sobre este Nuevo Estatuto, si es rechazado, como ya han anunciado los partidos políticos mayoritarios en España, el Parlamento vasco tendría que retomar el actual Estatuto de Autonomía, plantear si es necesario reformar el qué y el cómo, y acordarlo con un amplio consenso. De esta forma, la sociedad vasca seguirá avanzando y mejorando en su bienestar y en su convivencia, sin confrontación.

Dámaso Casado es secretario General UGT-Euskadi.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 31 de enero de 2005