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Pregón del capitán

Ganar la Copa Davis, la competición de tenis por naciones más importante del mundo, es un seguro de popularidad para sus protagonistas. Y no sólo en el caso de tenistas como Carlos Moyá o Rafael Nadal, que no han parado de recibir homenajes desde que contribuyeron decisivamente al triunfo frente a Estados Unidos de la segunda Ensaladera en la historia de España. Los técnicos, integrados en el llamado G-3, también tienen su reconocimiento, después de la tensión que vivieron en aquel momento por el descarte de Juan Carlos Ferrero en beneficio de Rafael Nadal. Es el caso del asturiano Juan Avendaño, elegido para leer el pregón de las fiestas patronales de su pueblo, Luanco, del que se fue a Barcelona con 14 años para hacer carrera en el tenis. Avendaño, al que muchos en Luanco todavía conocen como Juanín, emocionó a sus paisanos con la lectura pausada y sentida de unos folios en los que derramó sus recuerdos infantiles en un pueblo de apenas 5.000 habitantes que en verano cuadruplica su población. No podía faltar su primer triunfo en el Torneo Tenis Playa, el único en el mundo que se disputa sobre arena dura cuando se retira la marea, y que significó el primer paso para convertirse en deportista profesional.-

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de febrero de 2005