Después de escuchar las noticias que se han dado por el hundimiento ocurrido en Barcelona por las obras del metro, las que han provocado que más de 850 vecinos hayan tenido que desalojar sus viviendas por el riesgo que corrían sus casas y sus vidas,me siento más intranquila aún, sólo de pensar qué es lo que puede acontecer con nuestras viviendas cuando empiecen las obras del soterramiento de la M-30, en las riberas del Manzanares, ya que estamos situados en un subsuelo que está repleto de aguas subterráneas y riachuelos que van a parar al río y por tanto el terreno donde están situados nuestros inmuebles tiene bastante peligro.
¿Es que nadie se ha parado a pensar lo que supone para una familia tener que abandonar su casa, con la angustia que conlleva el no saber qué pasará con sus bienes, y si podrán volver a contar con ellos?
Y tener que agradecer que están todos sanos y a salvo de alguna desgracia que pudiera haber ocurrido.
Por favor, escuchen a los vecinos a su tiempo, y así se evitaran males mayores.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de febrero de 2005