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OPINIÓN DEL LECTOR

Festival de Sitges

Quisiera expresar mi consternación tras el anuncio de la Generalitat de terminar con el festival de teatro de Sitges. No es por cuestión económica, porque se reconoce que la edición de 2004 se ha cerrado sin déficit, ni el hecho de que se haga en Sitges, un pueblo accesible y donde se celebran con éxito muchos eventos culturales.

Hace unos 35 años, y gracias al esfuerzo de Ricard Salvat y un grupo reducido de colaboradores, el festival de teatro de Sitges abrió una ventana hacia el mundo cultural cuando estábamos en vías de ahogarnos por falta de aire fresco, y fue así durante años. Al igual que el país, el festival ha pasado por muchas etapas, pero ahora, al decir que el modelo está agotado, en vez de arreglar su enfoque, se decide hacerlo desaparecer.

Cualquier iniciativa cultural subvencionada por la Administración necesita una reevaluación continua para asegurar que el dinero se gaste de la manera más apropiada. Es inconcebible que precisamente ahora, cuando tenemos un gobierno de signo progresista, y cuando parece que, al fin, estamos empezando a mirar y a valorar nuestra historia colectiva, se está dispuesto a dejar desaparecer esta faceta significativa de nuestro patrimonio cultural.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de febrero de 2005