Con la excusa de darle utilidad y contenido a posteriori al futuro estadio olímpico de Madrid, tanto si se conceden como si no los Juegos del 2012, y sobre todo para justificar la inversión, se pretende derribar el estadio Calderón al objeto del traslado del Atlético a dicho estadio. Me pregunto cómo se puede justificar tamaño despilfarro, si como sabemos el Calderón ha sido objeto de una remodelación reciente, con la calificación de cinco estrellas, por la Unión Europea de Fútbol.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de febrero de 2005