Hasta el fin de semana permanece abierta la exposición Isabel la Católica en la Real Academia de la Historia, que se clausura el próximo 6 de febrero en el palacio edificado por Juan de Villanueva, que acoge a la institución académica centenaria en la calle de Amor de Dios, 2 (Centro). Su éxito llevó a prorrogar su duración un mes, tras ser inaugurada el 14 de octubre con la previsión de clausurarla en enero.
Por primera vez, la Academia sacaba a la luz los riquísimos fondos documentales que atesora sobre el reinado de Isabel de Castilla, que gobernó entre los años de 1474 y 1504, en los que consiguió el disputado trono castellano; unificó y pacificó España tras casar con Fernando de Aragón; ganó la guerra de Granada e impulsó el encuentro con América, hitos de los que la muestra da cuenta con testimonios escritos o gráficos de excepción.
De los documentos expuestos resalta el testamento de la Reina y su codicilo, de impecable concepto y abatida grafía. Otra joya es una carta de Felipe el Hermoso, esposo de Juana, hija de los reyes, en la que el francés pide a su suegro Fernando legados testamentarios de Isabel referidos a su esposa, reina por mor de su herencia y enloquecida por un trauma posnupcial, como demostró el doctor Alonso-Fernández.
Destaca asimismo documento signado por Isabel y Fernando que, a juicio de la coordinadora de la exposición, Carmen Manso, historiadora del Arte, "constituye el precedente de la separación de poderes que en el siglo XVIII desarrollaría Montesquieu y que segregaba abiertamente las Cortes del poder regio y del de los jueces".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 4 de febrero de 2005