Diría en primer lugar, y por supuesto, que puedo andar errado; en segundo, que en nuestra cultura las transgresiones graves pueden marcar toda una vida, "porque un perro maté...". García-Valdecasas fue un científico de gran valía, no lo dudo, pero en el peor momento y de la manera más ruin, como rector de universidad, fungió de esbirro de un déspota asesino y liberticida, que agredió un sistema legítimo, perpetró una larga y cruenta guerra contra el pueblo, asesinó cientos de miles de inocentes e instauró una larga, sórdida, regresiva y represiva dictadura.
Valdecasas, como rector, fue responsable directo de la condena de cientos de estudiantes, 68 profesores y varios creadores, sencillamente porque pretendían crear un sindicato estudiantil democrático.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 4 de febrero de 2005