El plan de regeneración de Sestao sigue bloqueado después de cinco años de intentos frustrados. El Departamento de Vivienda y el Ayuntamiento tampoco aprobaron ayer el convenio para la rehabilitación del municipio, aunque la consejería que encabeza Javier Madrazo aseguró que hay "buenas impresiones" tras la reunión celebrada para intentar firmar el acuerdo.
Los proyectos de regeneración de este municipio, el que tiene más secuelas de la reconversión industrial de los 80, se han sucedido desde 2000. Entonces se creó una mesa interinstitucional que no logró ningún avance y en 2002 se volvió a crear un foro entre el Gobierno, la Diputación de Vizcaya y el consistorio para ejecutar una regeneración integral que abordase los problemas urbanísticos, educativos y de integración social de los colectivos marginales.
En 2003, los problemas se volvieron a suscitar cuando la Diputación presentó un plan para construir 1.500 pisos, que le enfrentó con el Departamento de Vivienda. El conflicto se resolvió hace unos meses, cuando la Diputación optó por centrarse sólo en el desarrollo industrial de un área de 85.000 metros cuadrados y la creación de nuevas carreteras. Sin embargo las discrepancias se han mantenido entre Vivienda y el Ayuntamiento de Sestao, que crearon la sociedad Sestao Berri, por los planes de regeneración de seis barrios, los más marginales de la localidad. El conflicto se sustancia en la pretensión de cada institución de asumir mayor protagonismo en la ejecución de las rehabilitaciones. Antes de la cita de ayer, todos los partidos políticos locales, salvo EB, habían consensuado un documento que no recibió el apoyo de Vivienda.
Madrazo presentó ayer otra propuesta de convenio que fue avalada por los representantes del PNV, que controla la alcaldía. En cambio, la oposición mantuvo sus reservas a la oferta, que se materializó de manera verbal. "Nos han planteado un nuevo objeto social para la sociedad Sestao Berri y que el Ayuntamiento sólo gestione la rehabilitación" de un barrio, dijo el concejal del PP Óscar Rodríguez.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 4 de febrero de 2005